Ayer, viernes, día 23 de septiembre de 2016, se celebró el octavo día de la Novena a la Stma. Virgen de las Angustias en su Basílica de Granada. A las siete y cuarto de la tarde, dio comienzo con la Exposición del Santísimo, rezo del Santo Rosario y ejercicio de la Novena; y a las ocho tuvo lugar la celebración eucarística.
La Junta de Gobierno de la Hermandad Sacramental de la Stma. Virgen de las Angustias, junto con su Hermano Mayor, D. Francisco Salazar Rodríguez, acompañado por los mayordomos, D. Jesús Vázquez y Dña. Concepción Pérez, participó en esta Eucaristía, ocupando los dos laterales del altar mayor. Numerosos hermanos también estuvieron presentes en la celebración.
La Eucaristía se inició con las palabras de D. Blas Gerardo Gordo Jiménez, Párroco de la Basílica, que hizo referencia a la homilía del día de ayer en la que D. Francisco Juan Martinez Rojas, Vicario General de la Diócesis de Jaén y Deán de la Catedral, que nos recordó una faceta muy importante de la vida cristiana que es su sentido martirial. Viviendo como cristianos, seguidores de Jesús, conlleva también la posibilidad de la persecución. Recordó también cómo la novena está siendo transmitida por internet y que las cuatro primeras homilías de la novena pueden verse y oírse en Facebook en esta dirección: "Parroquia Virgen de las Angustias de Granada". Por último anunció que la asociación músico-cultural Coro de Dilar actuará en esta celebración.
La Eucaristía fue presidida por el R. P. D. Francisco Juan Martínez Rojas, que estuvo acompañado por D. Blas Gerardo; D. Francisco Molina, Párroco emérito de esta Basílica; D. Mateo Hernández, y D. Antonio Guerrero, sacerdotes de la misma. Actuó como acólito D. Miguel Gutiérrez.
Las lecturas fueron realizadas por miembros de la Hermandad, así como las peticiones.
D. Francisco Juan, después de saludar a todos los presentes, empezó su homilía con estas palabras: "Que la Sagrada Familia haga que nuestras familias sean auténticas escuelas del Evangelio y pequeñas iglesias domésticas. Eso implica confesar a Cristo, como escuchábamos en el Evangelio de hoy…" Siguió explicando cómo los cristianos tenemos que confesar a Jesús, como hizo S. Pedro cuando el Señor les preguntó ¿Y vosotros quién decís que soy yo?. No podemos decir que Jesús es el Señor y después vivir para el dinero, el placer, etc. Confesar que Jesús es el Mesías de Dios nos tiene que llevar a un cambio en nuestras vidas, identificándonos con Él y seguirlo como como Él nos propone: "El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo". Hoy celebramos la memoria del Padre San Pío de Pietrelcina, religioso franciscano capuchino, fallecido en 1968, el 23 de septiembre, y que mereció llevar los estigmas de la pasión, al igual que S. Francisco de Asís; esto sí es confesar a Cristo no sólo de palabra sino llevando en el propio cuerpo los dolores de su pasión y haciendo presente la misericordia de Dios reflejada en la pasión del Señor. Terminó su homilía con estas palabras: "…María maestra de espiritualidad, nos enseña a confesar la fe, ya que toda relación viva y transformadora con Dios pasa necesariamente por acoger la gratuidad del amor divino sin privatizarlo egoístamente, sino dando gratuita y generosamente cuanto se ha recibido. Que a ello nos ayude la Eucaristía que celebramos y la constante e insistente intercesión de la Santísima Virgen de las Angustias, nuestra Patrona, Madre y Señora. Y que el ejemplo de los Santos, como hoy, San Pío de Pietrelcina, cuyas páginas sobre el rosario son maravillosas, leyéndolas se siente uno obligado a rezar el rosario todos los días, no como obligación , sino como gozo. Que el ejemplo de San Pío de Pietrelcina y de tantos santos, nos anime a ser hijos devotos de la Santísima Virgen."
La Asociación Músico-Cultural Coro de Dílar, dirigido, con acierto y maestría por D. Manuel Alguacil Muñoz, contribuyó a la solemnidad y piedad de esta celebración con sus cantos, acompañados de instrumentos de cuerda y una trompeta, muy bien interpretados, y entonados, haciendo que fuesen acompañados muchos de ellos, dado su carácter popular, por las personas presentes en la Eucaristía.
La Basílica estuvo totalmente llena de fieles, como todos los días de la Novena. La Santa misa terminó con el canto del Himno a la Virgen de las Angustias, por todos los asistentes, que vitorearon a la Virgen y la aplaudieron con mucho amor y devoción desde lo más profundo de su corazón.
Crónica y fotos realizadas por Antonio Joaquín Mezcua Roelas.-