Ayer, sábado, día 23 de septiembre de 2017, se celebró el octavo y último día de la Novena a la Stma. Virgen de las Angustias en su Basílica de Granada. A las siete y cuarto de la tarde, dio comienzo con la Exposición del Santísimo, rezo del Santo Rosario y ejercicio de la Novena; y a las ocho tuvo lugar la celebración eucarística.
La Junta de Gobierno de la Hermandad Sacramental de la Stma. Virgen de las Angustias, junto con su Hermano Mayor, D. Francisco Salazar Rodríguez, participó en esta Eucaristía, ocupando los dos laterales del altar mayor. Numerosos hermanos también estuvieron presentes en la celebración.
La Eucaristía se inició con las palabras de D. Blas Gerardo Gordo Jiménez, Vicario General para el Clero y Párroco de la Basílica, quien después de saludar a todos los presentes y constatar la incomodidad para poder participar en esta celebración por el gran número de personas presentes en la Basílica, hizo referencia al recorrido en la profundización de la Fe de la Virgen, que no sólo fue Madre para Jesús, sino Discípula suya. Terminó su intervención con estas palabras: “…Abrimos el corazón a Dios a aquello que quiera dirigirnos y decirnos a cada uno de nosotros, dejémonos sorprender por Él.
La Eucaristía fue presidida por D. Francisco Espigares Flores, Vicario General de la Diócesis de Granada, que estuvo acompañado por D. Blas Gerardo; D. Francisco Molina, Párroco emérito de esta Basílica; D. Francisco José Mingorance Rodríguez, Delegado Episcopal para la Juventud; y D. Mateo Hernández, sacerdote de la Basílica. Actuó como acólito, D. Miguel Gutiérrez.
Las lecturas fueron realizadas por miembros de la Hermandad, así como las peticiones.
D. Francisco, después de saludar a todos los concelebrantres, a la Hermandad y a todos los fieles presentes en la celebración, manifestó que hoy nos reunimos aquí para dar culto a Dios y venerar a María, nuestra Madre del Cielo. Resaltó cómo la Virgen se distinguió en su vida mortal por la obediencia amorosa que siempre tuvo a Dios, y cómo en el itinerario de su vida fue profundizando cada vez más en la fe, dándonos ejemplo para que podamos imitarla en el amor a Dios , en su Hijo Jesús. Terminó su homilía con estas palabras: “…Demos gracias a Dios por María que encierra en sí misma todos lo que es el misterio de la Iglesia que se abre a Dios con gratitud infinita”. La homilía puede verse y oírse íntegra en esta Web de la Basílica y en Facebook
El Coro Daraxa dirigido, con acierto y maestría por D. Adolfo Miguel Urquiza, contribuyó a la solemnidad y piedad de esta eucaristía con sus cantos, muy bien interpretados, y entonados, haciendo que todos los presentes pudiesen sentir en sus corazones el recogimiento y espiritual de la celebración eucarística.
La Basílica estuvo totalmente llena de fieles, más que ningún día de la novena, por ser el último día de la novena y por estar la Imagen de la Virgen colocada en el Crucero de la Basílica.
La Santa misa terminó con el canto del Himno a la Virgen de las Angustias, por todos los asistentes, que vitorearon a la Virgen y la aplaudieron con mucho amor y devoción desde lo más profundo de su corazón. Al terminar la Celebración todos los presentes se iban acercando a la sagrada Imagen de la Virgen para gozar de su cercanía, amor y consuelo.
Crónica y fotos realizadas por Antonio Joaquín Mezcua Roelas.-