CADA PERSONA ES UN REGALO PARA EL OTRO


El día 23 de abril, domingo, tuvimos una jornada de convivencia entre los diferentes grupos de la parroquia. Respondimos a la invitación del párroco, D. Blas, unas 60 personas, estábamos presentes miembros: de la Hermandad de la Virgen de las Angustias, del Camino Neocatecumenal, del grupo de Caritas parroquial, del grupo de Biblia y de mayores que se reúnen en la parroquia, catequistas y también hubo algunos jóvenes. El día se desarrolló en un clima de fraternidad y diálogo.

Comenzamos nuestra convivencia con la oración de los Laudes, que fue ambientada por los miembros del Camino Neocatecumenal, con cantos e instrumentos. Una bella manera de empezar, levantando el ánimo con la alegría que proporciona la oración y sobre todo la oración cantada.

A continuación D. Blas nos introdujo en el tema propuesto: “Cada persona es un regalo para el otro”. En un mundo insolidario, en el que cada vez vivimos más aislados y las personas se sienten solas, incluidos los jóvenes, ver que el otro no es un competidor, un enemigo, del que tengo que protegerme, sino que es un regalo cambia toda la perspectiva. Las diferencias tienen que enriquecernos mutuamente y no dividirnos.

En su charla se basó, especialmente, en la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, del Papa Francisco. En el núm. 91, describe lo que el Papa llama “la mística del nosotros”: Hace falta ayudar a reconocer que el único camino para una relación personal y comprometida con Dios que al mismo tiempo nos comprometa con los otros consiste en aprender a encontrarse con los demás con la actitud adecuada, que es valorarlos y aceptarlos como compañeros de camino, sin resistencias internas. Mejor todavía, es aprender a sufrir en un abrazo con Jesús crucificado cuando recibimos agresiones injustas o ingratitudes, sin cansarnos jamás de optar por la fraternidad.

Y en el núm. 272, de esa misma exhortación, nos leyó que: El amor a la gente es una fuerza espiritual que facilita el encuentro pleno con Dios hasta el punto de que quien no ama al hermano «camina en las tinieblas». Benedicto XVI ha dicho que «cerrar los ojos ante el prójimo nos convierte también en ciegos ante Dios», y que el amor es en el fondo la única luz que «ilumina constantemente a un mundo oscuro y nos da la fuerza para vivir y actuar». Por lo tanto, cuando vivimos la mística de acercarnos a los demás y de buscar su bien, ampliamos nuestro interior para recibir los más hermosos regalos del Señor.

 En su exposición del tema también se basó en el Documento de Trabajo para la Etapa Continental del Sínodo de Europa que se titula. “Ensancha el espacio de tu tienda”. De ese documento puso de relieve que el Bautismo es el fundamento de la fe cristiana, que todos somos corresponsables y que la autoridad debe ejercerse desde el servicio, que es necesario escuchar para servir y que es urgente evangelizar. Necesitamos dejarnos guiar por el Espíritu. Que es necesario revisar y transformar las estructuras, por lo que la transparencia debe ser la forma de gobierno de las Diócesis.


De ese documento del Sínodo nos dijo también que se nos invita a crecer en una mayor formación en sinodalidad entre los creyentes, en una mayor participación de las mujeres, en cómo transmitir la fe a las nuevas generaciones y cómo se toman las decisiones en las parroquias y en las Diócesis, resaltando la importancia de los Consejos parroquiales y pastorales.

Después de esa exposición tan motivadora, nos dividimos en seis grupos, para trabajar y compartir sobre el tema: ¿Cómo podemos hacer para que el otro sea un regalo para mí? y propuestas para el curso que viene a nivel parroquial. En cada grupo había representantes de todas las realidades parroquiales y fue muy enriquecedor, ver que todos unidos, cada uno desde su campo, sumamos y sobre todo descubrimos que la realidad de la parroquia es una gran desconocida para la mayoría, todos estamos trabajando por y para la parroquia pero desconocemos qué se hace.

En el almuerzo compartido en la terraza, pasó lo que en la multiplicación de los panes y los peces, sobró aunque comimos muchísimo, porque cada uno llevó lo mejor que sabe hacer para compartir con los demás.

Después de una opípara comida llegó el sopor, pero para eso hubo un par de adolescentes, de post-confirmación, que nos despertaron con sus juegos y nos volvieron a poner las pilas, nos hicieron correr, reírnos y en alguna ocasión rodar por el suelo.

Una vez despiertos y con ganas de continuar tuvimos la puesta en común de todos los grupos, cada representante expuso lo que se había dicho, en general todos coincidieron en la riqueza del encuentro, que tienen que potenciarse estos encuentros y dar a conocer qué se hace en la parroquia, porque la mies es abundante y aunque haya escasez de jóvenes, también hay muchas personas con ganas de implicarse.

Terminamos con una Eucaristía en la Basílica, fue un bello punto final para una convivencia que nos dejó un buen sabor de boca a todos los presentes. Animo a los que no estuvieron a que hagan el esfuerzo por participar en las próximas que se convoquen.

Quiero pedir disculpas si alguno de los presentes al leer esto piensa que me he dejado algo en el tintero, pero no se puede expresar por escrito todo lo vivido, y sobre todo que la mejor manera de atraer a otros es compartiendo la experiencia, yo lo hago desde estas líneas pero pienso que la mejor manera de compartir y atraer es con el boca a boca.


Toñi Pozo,

Catequista de Confirmación